Generalidades
sobre orquídeas
LAS ORQUÍDEAS
Las
Orquídeas (Familia
Orchidaceae) representan una
familia
relativamente joven en el mundo de las
plantas.
Se las suele asociar a bosques tropicales, y, sin duda, sus especies
son las más vistosas, pero, sin embargo, algunas bellas orquídeas
también se encuentran presentes en la Serranía de Ronda.
Son
plantas muy vulnerables a cualquier
modificación del entorno, lo que las hace especialmente dignas de
protección.
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EL
NOMBRE DE LAS ORQUÍDEAS
La
palabra Orquídea deriva de la palabra
griega orkhis (όρχις) que
significa testículos, por el parecido de los
tubérculos de muchas orquídeas con dichos órganos.
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LA
FLOR DE LAS ORQUÍDEAS
Su
flor constituye un magnífico ejemplo de
órgano evolucionado con un solo objetivo: atraer a animales,
fundamentalmente insectos, para que garanticen su polinización. Aunque
haya una preferencia generalizada por la polinización cruzada, esto es,
entre flores diferentes, algunas especies se autofecundan.
Para
conseguir atraer a los
insectos les
ofrecen recompensas que pueden ser sexuales, así atraen a los
machos ofreciéndose como hembras a las que copular; alimenticias,
para ello algunos géneros de orquídeas les ofrecen néctar en un órgano
específico, el espolón, aunque diversas especies engañan a los
inquilinos pues el espolón se encuentra sin néctar. Finalmente, también
se puede producir la polinización cruzada al buscar refugio los
insectos en el interior de las flores ante las inclemencias del tiempo.
La
inmensa mayoría de las orquídeas
poseen flores hermafroditas, es decir, con órganos masculinos y
femeninos en la misma flor, aunque como hemos indicado, la estrategia
preferida es la de no autofecundarse.
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ORQUÍDEAS
Y HONGOS
Aunque
monocotiledóneas, es decir, plantas
con una única hojita, el cotiledón, que le permite a la semilla
germinar consumiendo estas reservas nutritivas, las orquídeas, a lo
largo de su evolución, han perdido ese cotiledón, lo que implica
buscarse otra forma de mantenerse, hasta que sea la propia planta, a
través de sus raíces, la que se pueda alimentar por sí misma.
El
mecanismo que han
desarrollado
consiste en asociarse con hongos, éstos penetran sus hifas en las
semillas, que las van digiriendo, por lo que algunos consideran que más
que de simbiosis o de saprofitismo, habría que hablar de parasitismo.
El paso de ser dependiente a ser autosuficiente, fabricando sus propios
alimentos, es tan lento que se puede decir que la relación
orquídea-hongo es de por vida, al menos en casos como los del género Limodorum, que carecen de hojas
verdes por lo que no pueden realizar la fotosíntesis.
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DÓNDE
VIVEN
La
mayoría de nuestras orquídeas viven en
lugares con una cobertura vegetal media o baja: prados, claros de
matorral o de bosque… Así, los géneros Ophrys, Orchis, Serapias, Aceras,
Neotinea, Himantoglossum,
Anacamptis, Spiranthes, algunas Dactylorhiza…
Unas
pocas se han adaptado a
entornos con amplia cobertura vegetal, fundamentalmente en bosques del
género Quercus. Así
encontramos Cephalanthera, Limodorum
y la mayoría
de Epipactis.
En
suelos muy húmedos
encontramos al
resto de especies del género Dactylorhiza.
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FLORACIÓN
Aunque
en prácticamente cualquier época del año podamos encontrar especies de
orquídeas en floración, la mayor parte de los taxones florecen en los
meses de primavera y principios de verano.
La
especie más temprana es Barlia
robertiana, que ya desde Diciembre
podemos tener la suerte de encontrarla en floración , mientras que la
más tardía resulta ser Spiranthes
spiralis, prácticamente la única
que florece en otoño (uno de los sinónimos taxonómicos de esta
especie
hace acertada alusión a este hecho: Spiranthes
autumnalis).
La gran mayoría de los taxones prefiere los meses
de primavera e inicios de verano, entre marzo y junio, aunque dentro de
este amplio grupo se cuentan especies más
precoces y otras algo más tardías, especies cuya floración se puede
prolongar a lo largo de sus buenos cuatro meses y especies cuyo periodo
de floración se restringe a unos dos meses.
Hemos
elaborado un calendario de floración para las especies del área
que nos
ocupa, aunque hay que advertir que resulta más que nada orientativo y
que
serían necesarios estudios de más detalle para afinar con mayor
precisión.
En todo caso, en el apartado de bibliografía recomendada es posible
acceder al trabajo de otros autores que han abordado este tema con
mayor dedicación y esmero.
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TAXONOMÍA Y NOMENCLATURA
La
taxonomía y la nomenclatura de los componentes de esta familia se
encuentran en proceso de revisión. Estudios recientes sugieren una
reestructuración profunda a nivel genérico en base a datos de tipo
molecular, que se añaden a observaciones sobre la diversidad
morfológica de flores y semillas, fenología de la floración,
distribución geográfica o estudios sobre polinizadores exclusivos de
determinados taxones. Los criterios a la hora de separar los distintos
taxones varían según los autores consultados, de manera que nos
movemos entre aquellos que agrupan distintas formas o variedades en una
misma especie, a la que se le reconoce una amplia variabilidad
morfológica, hasta otros, más analíticos, que distinguen tales formas
morfológicas como especies independientes. Esta disparidad de criterios
taxonómicos origina, en algunos casos, auténticos laberintos
nomenclaturales en los cuales resulta complicado orientarse.
En
tanto no existan unos criterios más o menos unánimes, en esta página
web seguiremos los que se indican en la Flora Ibérica, aún conscientes
que resulta necesaria una actualización de los mismos a la vista de los
nuevos datos que se han ido aportando desde la fecha de publicación del
capítulo dedicado la Familia
Orchidaceae en esta obra.
En
aquellos casos de géneros o especies que estimamos que pueden resultar
confusos o conflictivos, hemos añadido un apartado final, denominado Comentarios
y anotaciones, donde hemos incluido unas notas taxonómicas y/o nomenclaturales que intentarán informar sobre lo
que parecen ser tendencias de reorganización más o menos confirmadas
o sobre la disparidad de nombres atribuidos a un mismo taxón.
Esta misma sección también la aprovecharemos para incluir cualquier
otro tipo información que no sea estrictamente relevante para la
determinación del taxón pero que, sin embargo, pueda tener
interés desde un punto de vista tipo etimológico o meramente anecdótico.
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